Consejos sobre riego y almacenamiento de agua
Tener un huerto o un jardín es una de las experiencias más gratificantes que existen. No solo por el placer de cosechar tus propios tomates o ver florecer tus rosales, sino también porque te alimentas saludablemente, conectas con la naturaleza y te enseña la importancia de cuidar los recursos naturales. Y si hablamos de recursos esenciales, no hay duda que el agua es imprescindible en cualquier huerto o jardín.
En épocas de calor o en zonas con escasez de lluvias, el gran reto es cómo gestionar el riego y almacenamiento de agua de forma eficiente. No se trata solo de regar mucho un día como en el tradicional riego a manta con manguera sino de hacerlo de forma frecuente, constante y de manera sostenible, cuidando cada gota y sacando el máximo partido a los sistemas que tenemos a nuestro alcance.
¿Por qué es tan importante el sistema de riego y almacenamiento de agua?
Imagina esos días de verano en los que parece que las plantas se secan de un día para otro. Contar con un depósito o sistema de almacenamiento no solo te da tranquilidad, sino que además te permite aprovechar al máximo el agua de lluvia o disponer de reservas en los momentos en los que más lo necesitas. Lo cierto es que la naturaleza es imprevisible. Puede que llueva intensamente una semana y luego no caiga ni una gota en un mes. Si no contamos con un lugar donde guardar esa agua, todo ese recurso se pierde. En cambio, con un buen sistema de riego y almacenamiento de agua, tienes a tu disposición un “colchón hídrico” que te permite mantener la salud de tu huerto y jardín aunque el tiempo no acompañe. Además, tener un sistema de riego conectado a estos depósitos hace que el trabajo diario sea más sencillo. No tienes que cargar cubos ni mangueras ni estar pendiente a cada rato: el agua llega poco a poco, en la cantidad justa, necesaria y sin desperdicios. Incluso, puedes marcharte de vacaciones con la total tranquilidad de que tus plantas se atienden solas.
Si estás pensando en dar un paso más en este sentido, te recomiendo echar un vistazo a los productos de tratamiento de agua en Apliaqua. Allí encontrarás depósitos, separadores y equipos diseñados para facilitar tanto el almacenamiento como el suministro de agua en huertos y jardines. Además, tienen opciones adaptadas a distintos tamaños y necesidades, desde un pequeño jardín familiar hasta fincas grandes.
Consejos prácticos para optimizar el riego y almacenamiento de agua
A la hora de sacar el máximo partido al agua que almacenamos, hay algunos trucos sencillos que pueden marcar la diferencia:
- Aprovecha el agua de lluvia
Instalar un sistema para recogerla en depósitos es una inversión que se amortiza sola. Es agua gratuita y perfecta para tus plantas. - Riega a primera hora o al atardecer
Así evitarás que el sol evapore el agua demasiado rápido y tus plantas podrán hidratarse con calma. - Usa acolchados en el suelo
Cubrir la tierra con paja, cortezas, césped seco, etc. ayuda a mantener la humedad durante más tiempo. Aquí puedes leer más sobre el huerto acolchado, una técnica sencilla y muy eficaz. - Instala riego por goteo o exudación
Es una de las formas más eficientes de regar, ya que aporta el agua directamente a la raíz sin malgastar ni una gota. - Elige el depósito correcto
Asesórate y elige el depósito de almacenamiento de agua acorde a tus necesidades. El tamaño óptimo para regar tu terreno y el color y filtros adecuados para que no proliferen algas. - Conoce las necesidades de cada planta
No todas requieren la misma cantidad de agua. Los tomates, por ejemplo, necesitan un riego más constante que las aromáticas como el romero o el tomillo, que prefieren suelos más secos. Ajustar el riego y almacenamiento de agua según cada cultivo te ayudará a ahorrar. - Revisa periódicamente tu sistema
Un pequeño goteo mal colocado o una manguera con fuga puede hacer que pierdas litros de agua sin darte cuenta y causar podredumbre de raíces. Un mantenimiento sencillo cada pocas semanas evitará sorpresas desagradables.
Una experiencia que cambia la forma de disfrutar el jardín y el huerto
Cuando pruebas un buen sistema de riego y almacenamiento de agua, la diferencia es enorme. No solo notas que tus plantas están más sanas y crecen mejor, sino que además sientes que estás cuidando el medioambiente al usar el agua de manera más responsable.
En mi caso, recuerdo el verano en el que decidí instalar dos depósitos de 1000 litros cada uno para regar con goteo. Antes regaba con manguera a manta, llenando el surco con agua y notaba que gastaba muchísimo más de lo necesario. Además, era esclava de tener que ir todas las tardes de verano a regar al huerto. Al poco tiempo, con el riego por goteo con una frecuencia cada 12 horas, o sea 2 veces al día y una duración de 1 hora cada vez, el cambio fue abismal: las plantas aguantaban mejor los días de calor extremo y yo dejé de preocuparme tanto por el gasto de agua, por ensuciarme la ropa o los zapatos, por tener que ir diariamente a regar o tener que encargarle a un amigo que lo hiciera. Fue un antes y un después.
Y lo mejor es que estas prácticas no solo benefician a tu jardín, sino también a tu bolsillo y al entorno. Ahorrar agua es un gesto que, multiplicado por miles de personas, supone un impacto positivo enorme.
Si quieres aprender más sobre técnicas de riego adaptadas a diferentes espacios, te recomiendo leer este artículo sobre el riego en la finca. Encontrarás consejos prácticos que pueden inspirarte para mejorar aún más tu huerto o jardín.
Conclusión: cuidar el agua es cuidar de tu huerto y de tu jardín
El agua es vida, y en el huerto o jardín, es el recurso que marca la diferencia entre unas plantas apagadas y otras frondosas y llenas de vitalidad. Apostar por un buen sistema de riego y almacenamiento de agua no es un lujo, es una pequeña inversión que amortizarás rápidamente. Recuerda que tu tiempo también tiene valor: no es igual dedicar horas a tu parcela por placer que hacerlo por obligación. Además, es una necesidad para quienes queremos disfrutar de la naturaleza de manera responsable.
Con un poco de planificación, algunos ajustes en el riego y el apoyo de soluciones como depósitos o equipos de tratamiento de agua, verás cómo todo cambia para mejor. Tu jardín y tu huerto te lo agradecerán… ¡y tú también!
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